ir a: CAPÍTULO 1 CAPÍTULO 2 CAPÍTULO 3 CAPÍTULO 4 CAPÍTULO 5 CAPÍTULO 6 CAPÍTULO 7 CAPÍTULO 8 CAPÍTULO 9 CAPÍTULO 10 CAPÍTULO 11 CAPÍTULO 12 CAPÍTULO 13 CAPÍTULO 14 CAPÍTULO 15 CAPÍTULO 16 CAPÍTULO 17 CAPÍTULO 18 CAPÍTULO 19
| Capítulo 4: 1 - Mejor es carencia de hijos acompañada de virtud, pues hay inmortalidad en su recuerdo, porque es conocida por Dios y por los hombres; 2 - presente, la imitan, ausente, la añoran; en la eternidad, ceñida de una corona, celebra su triunfo porque venció en la lucha por premios incorruptibles. 3 - En cambio, la numerosa prole de los impíos será inútil; viniendo de renuevos bastardos, no echará raíces profundas ni se asentará sobre fundamento sólido. 4 - Aunque despliegue por su tiempo su ramaje, precariamente arraigada, será sacudida por el viento, arrancada de raíz por la furia del vendaval; 5 - se quebrarán sus ramas todavía tiernas, inútiles serán sus frutos, sin sazón para comerlos, para nada servirán. 6 - Que los hijos nacidos de sueños culpables son testigos, en su examen, de la maldad de los padres. 7 - El justo, aunque muera prematuramente, halla el descanso. 8 - La ancianidad venerable no es la de los muchos días ni se mide por el número de años; 9 - la verdadera canicie para el hombre es la prudencia, y la edad provecta, una vida inmaculada. 10 - Agradó a Dios y fue amado, y como vivía entre pecadores, fue trasladado. 11 - Fue arrebatado para que la maldad no pervirtiera su inteligencia o el engaño sedujera su alma; 12 - pues la fascinación del mal empaña el bien y los vaivenes de la concupiscencia corrompen el espíritu ingenuo. 13 - Alcanzando en breve la perfección, llenó largos años. 14 - Su alma era del agrado del Señor, por eso se apresuró a sacarle de entre la maldad. Lo ven las gentes y no comprenden, ni caen en cuenta 15 - que la gracia y la misericordia son para sus elegidos y su visita para sus santos. 16 - El justo muerto condena a los impíos vivos, y la juventud pronto consumada, la larga ancianidad del inicuo. 17 - Ven la muerte del sabio, mas no comprenden los planes del Señor sobre él ni por qué le ha puesto en seguridad; 18 - lo ven y lo desprecian, pero el Señor se reirá de ellos. 19 - Después serán cadáveres despreciables, objeto de ultraje entre los muertos para siempre. Porque el Señor los quebrará lanzándolos de cabeza, sin habla, los sacudirá de sus cimientos; quedarán totalmente asolados, sumidos en el dolor, y su recuerdo se perderá. 20 - Al tiempo de dar cuenta de sus pecados irán acobardados, y sus iniquidades se les enfrentarán acusándoles.
|
|