ir a: CAPÍTULO 1 CAPÍTULO 2 CAPÍTULO 3 CAPÍTULO 4 CAPÍTULO 5 CAPÍTULO 6
| Capítulo 5: 1 - Jerusalén, quítate tu ropa de duelo y aflición, y vístete para siempre el esplendor de la gloria que viene de Dios. 2 - Envuélvete en el manto de la justicia que procede de Dios, pon en tu cabeza la diadema de gloria del Eterno. 3 - Porque Dios mostrará tu esplendor a todo lo que hay bajo el cielo. 4 - Pues tu nombre se llamará de parte de Dios para siempre: "Paz de la Justicia" y "Gloria de la Piedad". 5 - Levántate, Jerusalén, sube a la altura, tiende tu vista hacia Oriente y ve a tus hijos reunidos desde oriente a occidente, a la voz del Santo, alegres del recuerdo de Dios. 6 - Salieron de ti a pie, llevados por enemigos, pero Dios te los devuelve traídos con gloria, como un trono real. 7 - Porque ha ordenado Dios que sean rebajados todo monte elevado y los collados eternos, y colmados los valles hasta allanar la tierra, para que Israel marche en seguro bajo la gloria de Dios. 8 - Y hasta las selvas y todo árbol aromático darán sombra a Israel por orden de Dios. 9 - Porque Dios guiará a Israel con alegría a la luz de su gloria, con la misericordia y la justicia que vienen de él. Copia de la carta que envió Jeremías a los que iban a ser llevados cautivos a Babilonia por el rey de los babilonios, para comunicarles lo que Dios le había ordenado.
|
|