Salmos
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CAPÍTULO 149
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Capítulo 17:
1 - Del maestro de coro. De David, el servidor del Señor, que dirigió al Señor las palabras de este canto, cuando él lo libró de todos sus enemigos y de las manos de Saúl.
2 - Dijo: Yo te amo, Señor, mi fuerza,
3 - Señor, mi Roca, mi fortaleza y mi libertador, mi Dios, el peñasco en que me refugio, mi escudo, mi fuerza salvadora, mi baluarte.
4 - Invoqué al Señor, que es digno de alabanza y quedé a salvo de mis enemigos.
5 - Las olas de la Muerte me envolvieron, me aterraron los torrentes devastadores,
6 - me cercaron los lazos del Abismo, las redes de la Muerte llegaron hasta mí.
7 - Pero en mi angustia invoqué al Señor, grité a mi Dios pidiendo auxilio, y él escuchó mi voz desde su Templo, mi grito llegó hasta sus oídos.
8 - Entonces tembló y se tambaleó la tierra; vacilaron los fundamentos de las montañas, y se conmovieron a causa de su furor;
9 - de su nariz se alzó una humareda, de su boca, un fuego abrasador, y arrojaba carbones encendidos.
10 - El Señor inclinó el cielo, y descendió con un espeso nubarrón bajo sus pies;
11 - montó en el Querubín y emprendió vuelo, planeando sobre las alas del viento.
12 - Se envolvió en un manto de tinieblas; un oscuro aguacero y espesas nubes lo cubrían como un toldo;
13 - las nubes se deshicieron en granizo y centellas al fulgor de su presencia.
14 - El Señor tronaba desde el cielo, el Altísimo hacía oír su voz;
15 - arrojó sus flechas y los dispersó, multiplicó sus rayos y sembró la confusión.
16 - Al proferir tus amenazas, Señor, al soplar el vendaval de tu ira, aparecieron los cauces del mar y quedaron a la vista los cimientos.
17 - Él tendió su mano desde lo alto y me tomó, me sacó de las aguas caudalosas;
18 - me libró de mi enemigo poderoso, de adversarios más fuertes que yo.
19 - Ellos me enfrentaron en un día nefasto, pero el Señor fue mi apoyo:
20 - me sacó a un lugar espacioso, me libró, porque me ama.
21 - El Señor me recompensó por mi justicia, me retribuyó por la inocencia de mis manos:
22 - porque seguí fielmente los caminos del Señor, y no me aparté de mi Dios, haciendo el mal;
23 - porque tengo presente todas sus decisiones y nunca me alejé de sus preceptos.
24 - Tuve ante él una conducta irreprochable y me esforcé por no ofenderlo.
25 - El Señor me premió, porque yo era justo y mis manos eran inocentes a sus ojos.
26 - Tú eres bondadoso con los buenos y eres íntegro con el hombre intachable;
27 - eres sincero con los que son sinceros y te muestras astuto con los falsos.
28 - Porque tú salvas al pueblo oprimido y humillas los ojos altaneros;
29 - tú eres mi lámpara, Señor: Dios mío, tu iluminas mis tinieblas.
30 - Contigo puedo asaltar una muralla; con mi Dios, puedo escalar cualquier muralla.
31 - El camino de Dios es perfecto, la promesa del Señor es digna de confianza. El Señor es un escudo para los que se refugian en él,
32 - porque ¿quién es Dios fuera del Señor?,¿y quién es la Roca fuera de nuestro Dios?
33 - Él es el Dios que me ciñe de valor y hace intachable mi camino;
34 - el que me da la rapidez de un ciervo y me afianza en las alturas;
35 - el que adiestra mis manos para la guerra y mis brazos para tender el arco de bronce.
36 - Me entregaste tu escudo victorioso y tu mano derecha me sostuvo;me engrandeciste con tu triunfo,
37 - me hiciste dar largos pasos, y no se doblaron mis tobillos.
38 - Perseguí y alcancé a mis enemigos, no me volví hasta que fueron aniquilados;
39 - los derroté y no pudieron rehacerse, quedaron abatidos bajo mis pies.
40 - Tú me ceñiste de valor para la lucha, doblegaste ante mí a mis agresores;
41 - pusiste en fuga a mis enemigos, y yo exterminé a mis adversarios.
42 - Imploraron, pero nadie los salvó; gritaban al Señor, pero no les respondía.
43 - Los deshice como polvo barrido por el viento, los pisé como el barro de las calles.
44 - Tú me libraste de un ejército incontable y me pusiste al frente de naciones: pueblos extraños son mis vasallos.
45 - Gente extranjera me rinde pleitesía; apenas me oyen nombrar, me prestan obediencia.
46 - Los extranjeros palidecen ante mí y, temblando, abandonan sus refugios.
47 - ¡Viva el Señor! ¡Bendita sea mi Roca! ¡Glorificado sea el Dios de mi salvación,
48 - el Dios que venga mis agravios y pone a los pueblos a mis pies!
49 - Tú me liberas de mis enemigos, me haces triunfar de mis agresores y me libras del hombre violento.
50 - Por eso te alabaré entre las naciones y cantaré, Señor, en honor de tu Nombre.
51 - Él concede grandes victorias a su rey y trata con fidelidad a su Ungido, a David y a su descendencia para siempre.