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| Capítulo 17: 1 - Del maestro de coro. De David, el servidor del Señor, que dirigió al Señor las palabras de este canto, cuando él lo libró de todos sus enemigos y de las manos de Saúl. 2 - Dijo: Yo te amo, Señor, mi fuerza, 3 - Señor, mi Roca, mi fortaleza y mi libertador, mi Dios, el peñasco en que me refugio, mi escudo, mi fuerza salvadora, mi baluarte. 4 - Invoqué al Señor, que es digno de alabanza y quedé a salvo de mis enemigos. 5 - Las olas de la Muerte me envolvieron, me aterraron los torrentes devastadores, 6 - me cercaron los lazos del Abismo, las redes de la Muerte llegaron hasta mí. 7 - Pero en mi angustia invoqué al Señor, grité a mi Dios pidiendo auxilio, y él escuchó mi voz desde su Templo, mi grito llegó hasta sus oídos. 8 - Entonces tembló y se tambaleó la tierra; vacilaron los fundamentos de las montañas, y se conmovieron a causa de su furor; 9 - de su nariz se alzó una humareda, de su boca, un fuego abrasador, y arrojaba carbones encendidos. 10 - El Señor inclinó el cielo, y descendió con un espeso nubarrón bajo sus pies; 11 - montó en el Querubín y emprendió vuelo, planeando sobre las alas del viento. 12 - Se envolvió en un manto de tinieblas; un oscuro aguacero y espesas nubes lo cubrían como un toldo; 13 - las nubes se deshicieron en granizo y centellas al fulgor de su presencia. 14 - El Señor tronaba desde el cielo, el Altísimo hacía oír su voz; 15 - arrojó sus flechas y los dispersó, multiplicó sus rayos y sembró la confusión. 16 - Al proferir tus amenazas, Señor, al soplar el vendaval de tu ira, aparecieron los cauces del mar y quedaron a la vista los cimientos. 17 - Él tendió su mano desde lo alto y me tomó, me sacó de las aguas caudalosas; 18 - me libró de mi enemigo poderoso, de adversarios más fuertes que yo. 19 - Ellos me enfrentaron en un día nefasto, pero el Señor fue mi apoyo: 20 - me sacó a un lugar espacioso, me libró, porque me ama. 21 - El Señor me recompensó por mi justicia, me retribuyó por la inocencia de mis manos: 22 - porque seguí fielmente los caminos del Señor, y no me aparté de mi Dios, haciendo el mal; 23 - porque tengo presente todas sus decisiones y nunca me alejé de sus preceptos. 24 - Tuve ante él una conducta irreprochable y me esforcé por no ofenderlo. 25 - El Señor me premió, porque yo era justo y mis manos eran inocentes a sus ojos. 26 - Tú eres bondadoso con los buenos y eres íntegro con el hombre intachable; 27 - eres sincero con los que son sinceros y te muestras astuto con los falsos. 28 - Porque tú salvas al pueblo oprimido y humillas los ojos altaneros; 29 - tú eres mi lámpara, Señor: Dios mío, tu iluminas mis tinieblas. 30 - Contigo puedo asaltar una muralla; con mi Dios, puedo escalar cualquier muralla. 31 - El camino de Dios es perfecto, la promesa del Señor es digna de confianza. El Señor es un escudo para los que se refugian en él, 32 - porque ¿quién es Dios fuera del Señor?,¿y quién es la Roca fuera de nuestro Dios? 33 - Él es el Dios que me ciñe de valor y hace intachable mi camino; 34 - el que me da la rapidez de un ciervo y me afianza en las alturas; 35 - el que adiestra mis manos para la guerra y mis brazos para tender el arco de bronce. 36 - Me entregaste tu escudo victorioso y tu mano derecha me sostuvo;me engrandeciste con tu triunfo, 37 - me hiciste dar largos pasos, y no se doblaron mis tobillos. 38 - Perseguí y alcancé a mis enemigos, no me volví hasta que fueron aniquilados; 39 - los derroté y no pudieron rehacerse, quedaron abatidos bajo mis pies. 40 - Tú me ceñiste de valor para la lucha, doblegaste ante mí a mis agresores; 41 - pusiste en fuga a mis enemigos, y yo exterminé a mis adversarios. 42 - Imploraron, pero nadie los salvó; gritaban al Señor, pero no les respondía. 43 - Los deshice como polvo barrido por el viento, los pisé como el barro de las calles. 44 - Tú me libraste de un ejército incontable y me pusiste al frente de naciones: pueblos extraños son mis vasallos. 45 - Gente extranjera me rinde pleitesía; apenas me oyen nombrar, me prestan obediencia. 46 - Los extranjeros palidecen ante mí y, temblando, abandonan sus refugios. 47 - ¡Viva el Señor! ¡Bendita sea mi Roca! ¡Glorificado sea el Dios de mi salvación, 48 - el Dios que venga mis agravios y pone a los pueblos a mis pies! 49 - Tú me liberas de mis enemigos, me haces triunfar de mis agresores y me libras del hombre violento. 50 - Por eso te alabaré entre las naciones y cantaré, Señor, en honor de tu Nombre. 51 - Él concede grandes victorias a su rey y trata con fidelidad a su Ungido, a David y a su descendencia para siempre.
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