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| Capítulo 13: 1 - Si haces el bien, mira a quién lo haces, y por tus beneficios recibirás favor. 2 - Haz bien al piadoso; hallarás recompensa, si no de él, al menos del Altísimo. 3 - No habrá bienes para el que en mal persiste, ni para quien no agradece la limosna. 4 - Da al hombre piadoso, y del pecador no te cuides. 5 - Haz bien al humilde y no des al impío; niégale su pan, no se lo des, para que no llegue con ello a dominarte. Pues un mal duplicado encontrarías por todos los bienes que le hubieres hecho. 6 - Que también el Altísimo odia a los pecadores, y de los impíos tomará venganza. 7 - Da al hombre de bien, y del pecador no te cuides. 8 - No se demuestra en la prosperidad el amigo, ni queda oculto en la adversidad el enemigo. 9 - Cuando hay prosperidad, los enemigos se entristecen, mas en la adversidad, hasta el amigo se aleja. 10 - No confíes jamás en tu enemigo, que cual bronce roñoso, así es su maldad. 11 - Aunque se haga el humilde y camine encorvado, mira por ti mismo y guárdate de él. Pórtate con él como el que pule un espejo, sábete que no retendrá hasta el fin su roña. 12 - No le pongas junto a ti, no sea que se te revuelva y suplante tu puesto. No le sientes a tu diestra, no sea que tu asiento pretenda, y que al fin comprendas mis palabras, y te pese al recordar mis consejos. 13 - ¿Quién se compadecerá del encantador mordido de serpiente y de todos los que se acercan a las fieras? 14 - Lo mismo le ocurre al que convive con el pecador y comparte sus pecados. 15 - Una hora aguantará contigo, mas si te desmandas, no lo soportará. 16 - En sus labios pone dulzura el enemigo, más en su corazón trama arrojarte a la fosa. En sus ojos lagrimea el enemigo, mas si topa ocasión, no se verá harto de tu sangre. 17 - Si los males te visitan, primero que tú le encontrarás allí, fingiendo ayudarte te agarrará el talón. 18 - Meneará su cabeza, batirá palmas, cuchicheará mucho y mudará de cara.
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