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| Capítulo 34: 1 - Al que teme al Señor ningún mal le sucede, aunque sufra una prueba, se verá librado. 2 - El varón sabio no aborrece la ley, mas el que finge observarla es como nave en borrasca. 3 - El hombre inteligente pone su confianza en la ley, la ley es para él digna de fe como un oráculo. 4 - Prepara tu discurso, y serás así escuchado, concentra tu saber y responde. 5 - Rueda de carro son las entrañas del necio, como eje que da vueltas, su razonamiento. 6 - Caballo de remonta, así el amigo burlón, bajo todo el que lo monta relincha. 7 - ¿Por qué un día es superior a otro, si toda la luz de cada día del año viene del sol? 8 - En la mente del Señor fueron diferenciados, él hizo distintas estaciones y fiestas. 9 - A unos los ensalzó y santificó, a otros los hizo días ordinarios. 10 - Así todos los hombres vienen del suelo, de la tierra fue creado Adán. 11 - Con su gran sabiduría los diferenció el Señor, e hizo distintos sus caminos. 12 - A unos los bendijo y ensalzó, los santificó y los puso junto a sí; a otros los maldijo y humilló y los derribó de su puesto. 13 - Como la arcilla del alfarero está en su mano, - y todos sus caminos en su voluntad -, así los hombres en la mano de su Hacedor, que a cada uno da según su juicio. 14 - Frente al mal está el bien, frente a la muerte, la vida. Así frente al piadoso, el pecador. 15 - Fíjate, pues, en todas las obras del Altísimo, dos a dos, una frente a otra. 16 - También yo, el último, me he desvelado, como quien racima tras de los viñadores. 17 - Por la bendición del Señor me he adelantado, y como viñador he llenado el lagar. 18 - Mirad que no para mí solo me he afanado, sino para todos los que buscan la instrucción. 19 - Escuchadme, grandes del pueblo, jefes de la asamblea, prestad oído. 20 - A hijo y mujer, a hermano y amigo no des poder sobre ti en vida tuya. No des a otros tus riquezas, no sea que, arrepentido, tengas que suplicar por ellas. 21 - Mientras vivas y haya aliento en ti, no te enajenes a ti mismo a nadie. 22 - Pues es mejor que tus hijos te pidan, que no que tengas que mirar a los manos de tus hijos. 23 - En todas tus obras muéstrate con dominio, no pongas mancha en tu gloria. 24 - Cuando se acaben los días de tu vida, a la hora de la muerte, reparte tu herencia. 25 - Al asno, forraje, palo y carga, al criado, pan, instrucción y trabajo. 26 - Haz trabajar al siervo, y encontrarás descanso, deja libres sus manos, y buscará la libertad. 27 - Yugo y riendas doblegan la cerviz, al mal criado torturas e inquisiciones. 28 - Mándale trabajar para que no esté ocioso, que mucho mal enseñó la ociosidad. 29 - Ponle trabajo como le corresponde, si no obedece, carga sus pies de grillos. 30 - Pero no te sobrepases con nadie, no hagas nada sin equidad. 31 - Si tienes un criado, sea como tú, porque con sangre lo adquiriste. 32 - Si tienes un criado, trátale como hermano, porque has menester de él como de ti mismo. 33 - Si le maltratas, y levantándose, se escapa, ¿por qué camino irás a buscarle?
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