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| Capítulo 51: 1 - Simón, hijo de Onías, fue el sumo sacerdote que en su vida reparó la Casa, y en sus días fortificó el santuario. 2 - El echó los cimientos de la altura doble, del alto contrafuerte de la cerca del Templo. 3 - En sus días fue excavado el depósito de agua, un estanque como el mar de ancho. 4 - El cuidó de su pueblo para evitar su ruina y fortificó la ciudad contra el asedio. 5 - ¡Que glorioso era, rodeado de su pueblo, cuando salía de la casa del velo! 6 - Como el lucero del alba en medio de las nubes, como la luna llena, 7 - como el sol que brilla sobre el Templo del Altísimo, como el arco iris que ilumina las nubes de gloria, 8 - como flor del rosal en primavera, como lirio junto a un manantial, como brote del Líbano en verano, 9 - como fuego e incienso en el incensario, como vaso de oro macizo adornado de toda clase de piedras preciosas, 10 - como olivo floreciente de frutos, como ciprés que se eleva hasta las nubes. 11 - Cuando se ponía la vestidura de gala y se vestía sus elegantes ornamentos, al subir al santo altar, llenaba de gloria el recinto del santuario. 12 - Y cuando recibía las porciones de manos de los sacerdotes, él mismo de pie junto al hogar del altar, y en torno a él la corona de sus hermanos, como brotes de cedros en el Líbano; le rodeaban como tallos de palmera 13 - todos los hijos de Aarón en su esplendor, con la ofrenda del Señor en sus manos, en presencia de toda la asamblea de Israel. 14 - Y cuando cumplía el ministerio de los altares ordenando la ofrenda del Altísimo Todopoderoso, 15 - alargaba su mano a la copa, hacía la libación del jugo de racimo, y lo derramaba al pie del altar, como calmante aroma al Altísimo Rey universal. 16 - Entonces prorrumpían en gritos los hijos de Aarón, tocaban con sus trompetas de metal batido, hacían oír su sonido imponente, como memorial delante del Altísimo. 17 - Todo el pueblo entonces de repente, en masa, caía rostro en tierra, para adorar a su Señor, al Todopoderoso, Dios Altísimo. 18 - Y los salmistas también le alababan con sus voces, el son vibrante formaba una dulce melodía. 19 - Y suplicaba el pueblo al Señor Altísimo, orando ante el Misericordioso, hasta que terminaba la ceremonia del Señor y concluía su liturgia. 20 - Entonces bajaba y elevaba sus manos sobre toda la asamblea de los hijos de Israel, para dar con sus labios la bendición del Señor y tener el honor de pronunciar su nombre. 21 - Y por segunda vez todos se postraban para recibir la bendición del Altísimo. 22 - Y ahora bendecid al Dios del universo, el que por todas partes hace grandes cosas, el que exaltó nuestros días desde el seno materno, y que nos trata según su misericordia. 23 - Que nos dé contento de corazón, y que haya paz en nuestros días en Israel por los siglos de los siglos. 24 - Que su misericordia sea fiel con nosotros y en nuestros días nos rescate. 25 - Hay dos naciones que mi alma detesta, y la tercera ni siquiera es nación: 26 - los habitantes de la montaña de Seír, los filisteos y el pueblo necio que mora en Siquem. 27 - Instrucción de inteligencia y ciencia ha grabado en este libro Jesús, hijo de Sirá, Eleazar, de Jerusalén, que vertió de su corazón sabiduría a raudales. 28 - Feliz quien repase esto a menudo; el que lo ponga en su corazón se hará sabio. 29 - Y si lo practica, para todo será fuerte, porque la huella que sigue es la luz del Señor.
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