Eclesiástico
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Capítulo 5:
1 - Hijo, no prives al pobre del sustento, ni dejes en suspenso los ojos suplicantes.
2 - No entristezcas al que tiene hambre, no exasperes al hombre en su indigencia.
3 - No te ensañes con el corazón exasperado, no hagas esperar la dádiva al mendigo.
4 - No rechaces al suplicante atribulado, ni apartes tu rostro del pobre.
5 - No apartes del mendigo tus ojos, ni des a nadie ocasión de maldecirte.
6 - Pues si maldice en la amargura de su alma, su Hacedor escuchará su imprecación.
7 - Hazte querer de la asamblea, ante un grande baja tu cabeza.
8 - Inclina al pobre tus oídos, responde a su saludo de paz con dulzura.
9 - Arranca al oprimido de manos del opresor, y a la hora de juzgar no seas pusilánime.
10 - Sé para los huérfanos un padre, haz con su madre lo que hizo su marido. Y serás como un hijo del Altísimo; él te amará más que tu madre.
11 - La sabiduría a sus hijos exalta, y cuida de los que la buscan.
12 - El que la ama, ama la vida, los que en su busca madrugan serán colmados de contento.
13 - El que la posee tendrá gloria en herencia, dondequiera que él entre, le bendecirá el Señor.
14 - Los que la sirven, rinden culto al Santo, a los que la aman, los ama el Señor.
15 - El que la escucha, juzgará a las naciones, el que la sigue, su tienda montará en seguro.
16 - Si se confía a ella, la poseerá en herencia, y su posteridad seguirá poseyéndola.
17 - Pues, al principio, le llevará por recovecos, miedo y pavor hará caer sobre él, con su disciplina le atormentará hasta que tenga confianza en su alma y le pondrá a prueba con sus preceptos,
18 - mas luego le volverá al camino recto, le regocijará y le revelará sus secretos.
19 - Que si él se descarría, le abandonará, y le dejará a merced de su propia caída.
20 - Ten en cuenta el momento y guárdate del mal, no te avergüences de ti mismo.
21 - Porque hay una vergüenza que conduce al pecado, y otra vergüenza hay que es gloria y gracia.
22 - No tengas miramientos en contra de ti mismo, y no mudes de color por tu caída.
23 - No contengas la palabra cuando pueda salvar, y no escondas tu sabiduría.
24 - Que la sabiduría se da a conocer en la palabra, y la educación en los discursos de la lengua.
25 - A la verdad no contradigas, mas ruborízate de no estar educado.
26 - No te avergüences de confesar tus pecados, no te opongas a la corriente del río.
27 - No te aplanes ante el hombre insensato, ni tengas miramiento al poderoso.
28 - Hasta la muerte por la verdad combate, y el Señor Dios peleará por ti.
29 - No seas atrevido con tu lengua, ni perezoso y negligente en tus obras.
30 - No seas un león en tu casa y un cobarde entre tus servidores.
31 - No sea tu mano abierta para recibir, y cerrada para dar.