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| Capítulo 10: 1 - No tengas celos de tu propia mujer, para no enseñarle a hacerte mal. 2 - No te entregues del todo a tu mujer, no sea que te llegue a dominar. 3 - No vayas al encuentro de una mujer prostituta, no sea que caigas en sus redes. 4 - Con cantadora no frecuentes el trato, para no quedar prendido en sus enredos. 5 - No te quedes mirando a doncella, para que no incurras en su propio castigo. 6 - A prostitutas no te entregues, para no perder tu herencia. 7 - No andes fisgando por los calles de la ciudad, ni divagues por sus sitios solitarios. 8 - Aparta tu ojo de mujer hermosa, no te quedes mirando la belleza ajena. Por la belleza de la mujer se perdieron muchos, junto a ella el amor se inflama como fuego. 9 - Junto a mujer casada no te sientes jamás, a la mesa con ella no te huelgues con vino, para que tu corazón no se desvíe hacia ella y en tu ímpetu te deslices a la ruina. 10 - No abandones a un viejo amigo, porque el nuevo no le iguala. Vino nuevo, amigo nuevo, cuando sea añejo, con placer lo beberás. 11 - No envidies la gloria del pecador, pues no sabes cómo se le volverá la fortuna. 12 - No asientas al éxito de los impíos, recuerda que no quedarán hasta el seol impunes. 13 - Ponte lejos del hombre que es capaz de matar, y no experimentarás miedo a la muerte. Si te acercas a él, no te descuides, para que no te quite la vida. Date cuenta de que pasas entre lazos y que caminas sobre el muro de la ciudad. 14 - Cuando puedas acude a tu prójimo, y con los sabios aconséjate. 15 - Con los inteligentes ten conversación, y tus charlas versen sobre la Ley del Altísimo. 16 - Varones justos sean tus comensales, y en el temor del Señor esté tu orgullo. 17 - Por la mano del artista la obra es alabada, y el jefe del pueblo aparece sabio en su palabra. 18 - Temible en su ciudad el hombre charlatán, el desmedido por su lenguaje se hace odioso.
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