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| Capítulo 52: 1 - Quiero darte gracias, Señor, Rey, y alabarte, oh Dios mi salvador, a tu nombre doy gracias. 2 - Pues protector y auxilio has sido para mí, y has rescatado mi cuerpo de la perdición, del lazo de la lengua insidiosa, de los labios que urden mentira; frente a mis adversarios has sido auxilio y me has rescatado, 3 - según la abundancia de tu misericordia y la gloria de tu nombre, de las dentelladas de los dispuestos a devorarme, de la mano de los que buscan mi alma, de las muchas tribulaciones que he sufrido, 4 - del ahogo del fuego que me envolvía, de entre el fuego que yo no había encendido, 5 - de la hondura de las entrañas del seol, de la lengua impura, de la palabra mentirosa, 6 - - calumnia de lengua injusta ante el rey. Cerca de la muerte estaba mi alma, mi vida estaba junto al seol, abajo. 7 - Por todas partes me asediaban y no había quien auxiliara, volví los ojos a un apoyo humano y no había ninguno. 8 - Entonces me acordé de tu misericordia, Señor, y de tu actuación desde la eternidad, que tú levantas a los que en ti esperan, y los salvas de la mano de enemigos. 9 - Y elevé de la tierra mi plegaria, supliqué ser librado de la muerte. 10 - Clamé al Señor, padre de mi Señor: "No me abandones en días de tribulación, en la hora de los orgullosos, cuando no hay socorro. Alabaré tu nombre sin cesar, te cantaré en acción de gracias." 11 - Y mi oración fue escuchada, pues tú me salvaste de la perdición, y me libraste del momento malo. 12 - Por eso te daré gracias y te alabaré, bendeciré el nombre del Señor. 13 - Siendo joven aún, antes de ir por el mundo, me di a buscar abiertamente la sabiduría en mi oración, 14 - a la puerta delante del templo la pedí, y hasta mi último día la andaré buscando. 15 - En su flor, como en racimo que madura, se recreó mi corazón. Mi pie avanzó en derechura, desde mi juventud he seguido sus huellas. 16 - Incliné un poco mi oído y la recibí, y me encontré una gran enseñanza. 17 - Gracias a ella he hecho progresos, a quien me dio sabiduría daré gloria. 18 - Pues decidí ponerla en práctica, tuve celo por el bien y no quedaré confundido. 19 - Mi alma ha luchado por ella, a la práctica de la ley he estado atento, he tendido mis manos a la altura y he llorado mi ignorancia de ella. 20 - Hacia ella endurecé mi alma, y en la pureza la he encontrado. Logré con ella un corazón desde el principio, por eso no quedaré abandonado. 21 - Mis entrañas se conmovieron por buscarla, por eso he logrado una buena adquisición. 22 - Me dio el Señor una lengua en recompensa, y con ella le alabaré. 23 - Acercaos a mí, ignorantes, instalaos en la casa de instrucción. 24 - ¿Por qué habéis de decir que estáis privados de ella, cuando vuestras almas tienen tanta sed? 25 - He abierto mi boca y he hablado: Adquiridla sin dinero; 26 - someted al yugo vuestro cuello, que vuestra alma reciba la instrucción: está ahí a vuestro alcance. 27 - Ved con vuestros ojos lo poco que he penado y el mucho descanso que he encontrado para mí. 28 - Participad de la instrucción con una gran suma de dinero, que mucho oro adquiriréis con ella. 29 - Que vuestra alma se recree en la misericordia del Señor, no os avergoncéis de su alabanza. 30 - Ejecutad vuestra obra antes del momento fijado, y él os dará a su tiempo vuestra recompensa. Firma: Sabiduría de Jesús, hijo de Sirá.
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